En este artículo propongo una reflexión sobre una Oncología con “H” que, si la gramática lo permitiese, sería por tanto Honcología. Evidentemente esto es un recurso para hacer referencia a una Oncología humilde, humanizada y honesta.
En este artículo propongo una reflexión sobre una Oncología con “H” que, si la gramática lo permitiese, sería por tanto Honcología. Evidentemente esto es un recurso para hacer referencia a una Oncología humilde, humanizada y honesta.
Como ha reconocido hace unos días Mons. Omella, la Iglesia ha vivido durante años en una era de cristiandad; incluso con aires de cruzada, dice mi buen amigo Juan María Laboa. Esa actitud fue particularmente palpable en el ámbito de la Bioética y de la Teología Moral: ¡cuánto dolor infligido, cuánta sabiduría desaprovechada, cuántos puentes devastados!